martes, 7 de agosto de 2007

EN LOS DOMINIOS DE TITA THYSSEN

Esto ya va a aparecer el Hola (por aquello del título)
Después del desayuno de rigor vacacional- pausado, parsimonioso, copioso y, en este caso, con el valor añadido de las vistas al lago de Lugano, pusimos rumbo a la ciudad con el mismo nombre, alli donde justo al borde del agua se ven unos jardines estupendos llenos de cipreses y una villa extraordinaria, Villa Favorita, los dominios de la Tita Thyssen. Según la guía se puede visitar, pero nosotros no encontramos ni síntoma de por donde acceder pues debía estar cerrada a cal y canto . En la siguiente foto se nos ve tan relajados en la orilla del lago.

El caso es que Lugano es una ciudad tranquila, placentera y, aparentemente, llena de pasta y gente con pasta, aunque sólo sea por los cochazos que nos adelantaban continuamente y las tiendas de Rolex, Audemars,Vuiton…etc, ésas en las que compramos todos los días. Buenas panaderías y pastelerías, eso sí y unos precios aceptables en terrazas y bares, ya que tomamos un tentempié en pleno centro. La ropa y complementos de moda, excepción hecha de las típicas chinadas, parecía bastante cara. Tiene también una zona peatonal en la parte vieja y al borde del lago y muchos edificios interesantes. En suma, una ciudad relativamente pequeña y muy agradable rodeada de cumbres pintorescas: El monte Bré (890 m.), el monte Salvatore (990 m.) y enfrente el monte Generoso (1780 m.). Todos ellos son accesibles en funicular o tren cremallera y por eso decidimos acceder al primero en funicular. Sin embargo, una vez que empezamos a ascender, no encontramos la entrada y seguimos hacia arriba hasta que llegamos al pueblecito de Bré, un pueblo con casas de piedra, pequeño y muy cuidado, como se puede apreciar en la foto, en la que dos esforzados caminantes afrontan la “escalinata de la Torreta”, una dura ascensión de casi media hora por escaleras. Llegamos allí por una carretera de montaña con curvas de más de 180 grados y bastante estrecha, en la que en ocasiones no cabían dos coches. Pese a ello muchos, la mayoría, conducían con una llamativa soltura. Una vez arriba, escacharrados por la subida, el panorama y la consiguiente cervecita, valía la pena…..El escenario era una terraza amplia que semejaba un plataforma aérea desde la que disfrutamos una amplia vista del lago y de la ciudad de Lugano. De egreso todos pensábamos en el problema del agua caliente, suspirando para que nuevamente estuviera en marcha. Como era previsible, no fue así. Ante la urgencia Ana salió a la caza y captura de un vecino amable y más enterado que el alemán que ocupa el apartamento de enfrente. Regresó con Pietro, un agradable italiano con su hija Francesca en brazos, algo digno de elogio ya que la niña era evidente que comía bien. Tras unos minutos logró el milagro, no sin antes dejar claro que la caldera es vieja y no demasiado buena, motivo por el cual él la cambió hace seis meses. En cualquier caso, de momento tenemos el servicio.
La otra novedad de la jornada fue el estreno de nuestra colaboración con el hotel Carolina, que nos gestionó Sabine previamente. Andrea, su director, un chaval, nos facilita la clave de acceso a Internet y podemos conectarnos desde la terraza. Nos cobra un módico precio y gracias a ello podemos mantener el contacto con amigos y familia, enterarnos de lo que pasa y elaborar este blog. La pega es tener que acercanos al hotel, pero no tenemos otra opción. Esta es una foto del hotel. A VUELTAS POR EL LAGO LUGANO

El domingo nos lo tomamos en plan relajado: desayuno supertranquilo, como se puede apreciar en la foto anterior, en la terraza a base de casi todo lo imaginable viendo el sol salir por las montañas de enfrente y calentar el ambiente. Sin ruidos, sin aglomeraciones. Empezamos a pensar que los turistas no saben que existe el lago Lugano, que es casi lo más parecido al paraíso que conocemos. De momento no hemos visto ni un español por estos lares y turistas los justos, aunque sí se nota que hay muchos veraneantes. De hecho, el próximo viernes nos vamos a incorporar en el pueblo a la “Fiesta del villeggiante”, o sea, del vecino de temporada, con cena y baile. El único pero es que la cena es, con horario europeo, a las siete y media de la tarde. En la foto se ve la estación de Brusimpiano, náutica, se supone. Bueno pues nos quedamos en plan tranquilo, hicimos la colada y fuimos a Porto Ceresio al hiper a reponer viandas y después un paseíto, comidita a base de fagiolini y carne y una siesta imponente de ésas que sólo se duermen en vacaciones, en una tumbona en la terraza. Luego salimos hacia Suiza nuevamente, a dar un paseo por un pueblecito que la guía decía que estaba fuera de los itinerarios habituales, Bruzino, y resultó cierto, a pesar de ser encantador y muy fotogénico, como se puede observar. Dando la vuelta al lago nos topamos con el tren cremallera que sube al Monte Generoso (experiencia que deseamos vivir pronto) y con una iglesia que vemos todos los días a lo lejos desde nuestra terraza y por la que sentíamos curiosidad. Por el camino encontramos un San Bernardo encantador, al menos para algunas. MILAN

El día de ayer, lunes, decidimos hacer una excursión más larga y partimos hacia Milán, con intención de coger el tren en Porto Ceresio, hacia Varese y después a Milán. Pero héte aquí que los horarios de los pasquines de la estación no están vigentes en agosto y teníamos que esperar más de una hora, por lo que decidimos marcharnos en coche: Craso error: Aunque llegar al centro fue fácil con nuestra amiga Marta (GPS), el párking nos costó más de 25 euros y a la vuelta, pasadas las siete de la tarde, nos vimos metidos en un atasco del copón. Conclusión, no merece la pena y el próximo día trataremos de compaginar los horarios.
Milán, que no conocíamos, resultó una ciudad estupenda. La visita empezó forzosamente por el Duomo, aunque Pili y Ana, por descocadas, se tuvieron que comprar un chal para taparse los hombros. Una gilipollez considerando que todas las señoras iban con camisetas de tirantes a la vista de la que estaba cayendo (30 grados a la sombra) y un negocio redondo para los vendedores de chales a cinco euros. La catedral, del siglo XIV aunque en realidad la terminó Napoleón, es un gótico espléndido plagado de estatuas (3.500), agujas, vidrieras, columnatas…..sólo hay que ver las fotos. La subida de 250 peldaños (ya nos estamos habituando a las escaladas) fue fantástica para recorrer todos los tejados del Duomo, un itinerario que es la primera vez que hacemos en un lugar así y que nos dejó impresionados. No nos extraña que sea el monumento más señero de Milán. Aquí estamos, tan contentos en la cumbre. Después recorrimos las calles céntricas, la famosa galería Vittorio Enmanuelle, cuya maravillosa entrada se ve en la foto También vimos los escaparates y los precios apañaditos de las tiendas ésas en las que compramos todos los días: Vuitton, Armani, Moschino……en la vía Della Spiga y comimos unas pizzas bastante memorables en una terraza en una calle con un nombre bien sonoro: Vía dei Fiori Chiari. Después visitamos la vía Dante y el castillo Sfortosa y quisimos ver un cuadro de la última cena de Leonardo da Vinci pero “se siente”, el lunes estaba “chiuso” así que algunos santificaron la fiesta echándose una siestecita en la iglesia de Santa María delle Grazie, si bien el interesado insiste en afirmar que estaba meditando solamente. Después, ya con el coche, nos acercamos hasta San Siro, el estadio en el que juegan los equipos de Milán.Por si a alguien le interesa, dos aguerridos dicen que llegaron casi hasta el césped, aunque de momento no hay pruebas. Volviendo hacia Brusimpiano y sus montañas, desde la planicie milanesa y después del atasco nos sentimos como liberados, como si perteneciéramos ya un poco a estas montañas estupendas en las que tan bien se respira…Y para mañana ya tenemos plan. Seguiremos por Lugano hacia Gandria y conectaremos por el norte con el Lago Como, donde a algunas nos espera George en Laglio. Prometemos fotos.

4 comentarios:

Javier dijo...

¡Que gozada de paraje, de excursión, de catedral, de siesta...!
Seguid así con el blog, pero no olvidéis ponerle la etiqueta de "Viaje a Italia" que si no queda luego desorganizado...
Abrazos desde Madrid

Anónimo dijo...

Hola.- veo que el num. de fanz va en aumento, la verdad que el relato es muy ameno, se ve la mano de un pofesional, la verdad es que es muy bonito todo lo que mandais y se os ve subiendo la escalera como dos javatos, bueno pues seguir informando y asi hacemos turismo todos, por aqui todos bien. Un abrazo.-Pedro

Anónimo dijo...

vosotros disfrutar que ya os contare Bea cuando volvais.

Anónimo dijo...

El periodista redacta bien,pero con esos paisajes no tiene merito.
Aunque nos pongais los dientes largos nos llega con el viaje virtual que nos deleitais,asi que seguir mandando afotos para que de este barco varado os veamos navegar.
Besos y Abrazos
Ubi y Rafa