sábado, 18 de agosto de 2007

DESCUBRIENDO LAS ISLAS BORROMEAS,

Esta de la foto es la Isola Superiore o dei Pescatori, una de las tres islas Borroneas del Lago Maggiore, en el que estuvimos todo el día de ayer, viernes. .Es posible que no exista, pero para nosotros es una verdad casi absoluta. Vivimos junto a uno de los lagos del norte de Italia y en estas semanas visitamos unos y otros. De alguna forma establecemos una competencia tratando de buscar matices; queremos casi lograr un escalafón, un imposible que pese a ello nos entretiene.
Ayer viernes decidimos dedicar la jornada al lago Maggiore, una imponente masa de agua de 212 kilómetros cuadrados poblada de villas con siglos de historia. Más que el lago optamos por visitar algunas de sus islas, las llamadas “islas Borroneas”. Esta foto nos la sacaron en los jardines de la más famosa, la Isola Bella. Nos acercamos en coche a Luino y descendimos por la orilla hasta Laveno. Allí cruzamos en ferry a Intra, un caso curioso ya que nominalmente no existe y fue sustituida por la ciudad de Verbania, que agrupó a las vecinas Intra y Palanzza hace varias décadas.
En Verbania-Intra sacamos un pasaje para uno de los barcos que comunican las numerosas poblaciones de las dos orillas y las islas. En primer lugar nos acercamos a la Isola Bella, nombre que resume con claridad sus virtudes. Aquí estamos haciendo el tonto en uno de los espejos del magnífico Palazzo. En las islas vivieron a lo largo de varios siglos, los miembros de la familia Borromeo, a la que perteneció el santo Carlos B. Construyeron un castillo-palacete a partir del año 1500 que puede visitarse previo pago de una entrada. Es una sucesión de salas con muebles de los últimos siglos y donde se han dado cita personajes como Mussolini o Napoleón. No obstante, sus jardines son tan interesantes como la construcción y están en un estado de mantenimiento inmejorable. Existen ejemplares de plantas, árboles y arbustos, exóticos o raros en algunos casos y bastante llamativos, en general. En la siguiente foto, desde la Isola dei Pescatori, se ve el Palazzo de la Isola Bella. A apenas unos cinco minutos en barco, bastante atestado de turistas, encontramos la Isola Superiore o dei Pescatori, ocupada casi en su totalidad por un pueblecito encantador, en tiempo de pescadores y hoy refugio de restaurantes y tiendas para mayor gloria del turista. Son callejas estrechas buscando el fresco que ese día no encontrábamos, en las que abundan los gatos, como en la Isola Bella en la que se recogían fondos para su cuidado y mantenimiento. Por últimos llegamos a la Isola Madre, la mayor de todas y donde también existe un palacete con su jardín, del estilo de la Bella aunque con mobiliario un poco menos recargado. Por los jardines pululaban pavos reales, faisanes de vivos colores y otras aves menos conocidas . Nos llamó la atención la cantidad de tirantes que han puesto para sostener este árbol, que, además, tenía riego gota a gota en la copa. Después de tal atracón de belleza nos tomamos unas tartitas de frambuesa en Intra, villa por la que dimos un paseo por la mañana y que nos pareció muy interesante.
De regreso a casa paramos en Ascona, ciudad pegada a Locarno de la que habíamos leído maravillas. Llegamos de anochecida y la realidad confirmó estas apreciaciones. Volcada hacia un turismo de ciertas posibilidades, encontramos comercios abiertos pasadas las nueve de la noche, lo cual en Suiza es toda una novedad. El paseo marítimo es muy atractivo y parecía casi una ciudad mediterránea con mimos y artistas y numerosas personas por las calles.
Este recorrido urbano-acuático seguía a dos jornadas diferentes. El miércoles estuvimos de montaña. En la foto, dos caminantes que más nos han parecito unos vietnamitas perdidos en un arrozal. Volvimos al monte Lema con ánimo de llegar al Tamaro, pero no madrugamos lo suficiente y el paseo precisa casi cuatro horas y el teleférico terminaba a las cinco y media de la tarde. Como no había tiempo para hacerlo anduvimos hora y media entre cumbres despampanantes (por cierto, con grandes pendientes) y regresamos por el mismo camino, en total casi cuatro horas de caminata.
Afortunadamente el sol se veló a veces y suavizó el fuerte calor. Como se aprecia en la foto, hubo tiempo para todo y Carlos y Juanma hasta sacaron a pasear sus libros de lectura después de dar buena cuenta de sus bocatas. El jueves, después de que Carlos nos hiciera unos spaghettis estupendos que degustamos en la terraza,
nos fuimos de excursión hasta Mendrisio y, por segunda vez, a Como. La primera según las guías es la capital vinícola del Merlot, pero no vimos ni rastro. La foto corresponde a la escuela de Arquitectura del pueblo que, a pesar de ser relativamente pequeño tenía un Museo de Arte, tiendas curiosas...etc. Ciertamente había plantaciones de vid por los alrededores pero ni una mala bodega en el pueblo, ni indicaciones para probar o adquirir el vino. Este pueblo es suizo y Como italiano, lo que nos obligó a cruzar la frontera en varias ocasiones; lo mismo ocurrió en el viaje a las islas (Ascona es Suiza), pero el trámite es inexistente.
Esta foto es de un perrito balconero en la Isola dei Pescatori.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Querida familia: Ayer echamos de menos vuestro reportaje pero, pero hoy es sabroso y las fotos preciosas sobre todo las dos Islas con esas edificaciones que parecen de cuento!!
No os canseis tanto, en esas caminatas olìmpicas casi, y cuidaros y seguir disfrutando todo lo que podais, que es lo que os deseamos y nosotros tambien disfrutamos con vuestros reportajes.Abrazos y besos de Chelo y Ale

Anónimo dijo...

otro capitulo mas de las vacaciones y con viajes extensos, sobre todo a pie, asi que no me extraña que tengais que tomar bocatas y golosinas. Nos alegramos que os guste todo y lo paseis bien, a seguir informando a vuestros gfans. un abrazo Pedro